lunes, 16 de septiembre de 2013

Pan vegano de leche

Hace tiempo que quería poneros esta receta, la primera receta de pan que aprendí a hacer. 
Esta receta me la dio mi presentadora de Tmx cuando me vendió la máquina, y hoy la comparto con ustedes, debidamente veganizada.
Ingredientes:
250 de leche vegetal
50 gr de margarina o aceite de oliva
50 gr de azúcar
30 gr de levadura fresca
450-500 gr de harina
1 ct de sal












Preparación
Pon en el vaso la leche, el aceite y el azúcar y programa 2 min/ 37º/ vel. 2. Agrega la levadura y programa 5 seg/ vel. 4. Si la levadura estaba congelada, entonces programa vel 4-5 hasta que se haya disuelto completamente.

Agrega la harina y la sal y programa 3 min/ vaso cerrado/ vel. espiga. Luego, saca la masa del vaso. Como ves, puedes hacer esta receta sin TMX, sólo tienes que mezclar los ingredientes secos por un lado, los húmedos por otro (entibiando previamente la leche) y amasar a mano.
Dale a la masa la forma deseada. Esta vez yo he hecho dos panes bastante grandes, pero puedes hacer panecillos, baguettes, incluso panes de bombón o para hamurguesa (poniendo unas semillas de sésamo por encima). Esta receta es muy versátil.
Pon los panes en un lugar cálido y libre de corrientes de aire, para que fermenten. En mi caso, el lugar ideal es dentro del horno a 40-50º. Tardarán una media hora en doblar su tamaño.
Ahora es el momento de hornear. Si quieres que los panes tengan una corteza crujiente, mete un bol con agua o unos cubos de hielo en la bandeja inferior del horno (el vapor de agua ayudará a crear una corteza estupenda). No lo hagas si quieres panecillos blandos, como para hamburguesas, por ejemplo.
Hornea a 200º entre 15 y 30 minutos (dependiendo del horno y del tamaño de los panes).
Y ya está. Este pan es dulce, y por lo tanto está buenísimo así solo, pero también puedes añadirle un relleno salado (como mi sobrasada de tomate), o hacer pan de ajo con ellos. El contraste dulce-salado será espectacular.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Arroz caldoso vegano con Thermomix (o sin ella)

De nuevo os traigo una recetita, una adaptación vegana a una receta básica de la Thermomix.
He de confesar que no cocino mucho arroz, cosa que debo remediar, porque siendo vegetariana debería ser una de las bases de mi dieta, así que me enmiendo a mí misma con esta receta. 
Es muy fácil de hacer con la Thermomix (y sin ella, como siempre digo, casi toda receta de Tmx se puede adaptar con una buena batidora y una caldera al fuego). Sin más, vamos con la receta.
Ingredientes:
800 ml de caldo vegetal
Un manojo de perejil
Hebras de azafrán
Cúrcuma
Sal
150 ml de vino blanco
El zumo de 1/2 naranja
2 dientes de ajo
300 gr de tomate triturado o natural
Un pimiento rojo y uno verde
Un puerro o cebolla
Verduras a placer (yo usé calabaza, calabacines y champiñones)
30 gr de aceite de oliva
300 gr de arroz bomba o redondo
Orégano

Preparación:
Pon en el vaso de la Tmx o de una batidora el perejil y pícalo unos segundos a velocidad 5-6. Añade el caldo de verduras, el azafrán, la cúrcuma, la sal, el vino y el zumo de naranja. Bátelo 30seg/ vel 7. 
Retíralo y resérvalo en una jarra.
Pon en el vaso los dientes de ajo, las verduras y el tomate. Trocea 3 seg/ vel 5. Añade el aceite y programa 10min/ Tª Varoma/ vel 1.
Incorpora el arroz y programa 2 min/ 100ª/ giro a la izq/ vel. cuchara.
Finalmente, añade el caldo reservado al principio y el orégano, y programa 13 min/ 100ª/ giro a la iz/ vel. cuchara.
Y ya está. Sírvelo con unas hojas frescas de perejil. ¿Qué os parece?


Glosario:
-Cúrcuma: Bastante conocida por sel el principal ingrediente del curry, la cúrcuma es una planta de cuya raíz se extrae una especia con un intenso color amarillento. En europa, como colorante alimentario se nombra como E-100ii. En España la conocemos con el nombre de azafrán cimarrón o azafrán de la India. Al parecer, la cúrcuma tiene propiedades medicinales: es antiinflamatoria (ideal para procesos reumáticos y artríticos), es conocida su capacidad antioxidante y se estudian sus capacidades anticancerígenas y antitumorales. También es una rica fuente de calcio, a tener en cuenta por aquellos que no consuman productos lácteos. Se suele vender en polvo, para condimentar las comidas, en herbolarios y algunos supermercados. 

lunes, 2 de septiembre de 2013

Trenza vegana de nueces y chocolate

Como soy una golosa irredenta, las traigo una receta de lo más lucida, de lo más fácil, y completamente vegana para una merendola familiar o similar. Aquí la tenéis.

¿A que es preciosa? Pensé que me iba a salir un churro, pero al final quedó bien. ¿Queréis saber cómo se hace?

Ingredientes para la masa:
150 ml de leche vegetal (yo usé de arroz).
50 ml de aceite o margarina
20 gr de levadura prensada
400 gr de harina de fuerza.
50 gr de azúcar
Para el relleno:
10 gr de aceite.
1 manzana pelada
100 gr de nueces
50 gr de avellanas
100 gr de chocolate negro
1 cd de canela
Para el almíbar:
50 gr de azúcar
25 gr de agua.

Preparación.
Para hacer la masa vertemos en el vaso de la TMX la leche y el aceite y programamos 1min/37/vel2. Añadimos la levadura y mezclamos unos segundos a vel 4. Finalmente, ponemos la harina y el azúcar. Esta masa también se puede usar para rellenos salados o de verduras, en tal caso, en vez de 50 gr de azúcar, pon 10 gr de sal. Amasa 2 minutos a velocidad espiga.

Saca la masa del vaso y extiéndela con el rodillo en forma rectangular de aproximadamente 30x40 cm (yo he usado una hoja de papel vegetal como referencia, es más o menos el tamaño de la bandeja del horno). Pinta la superficie con un poco de aceite.
Para hacer el relleno, lo único que tienes que hacer es meter los ingredientes en el vaso de la tmx (o una batidora) y triturar unos minutos a velocidad 4, para obtener una mezcla gruesa (no te interesa picarlo demasiado fino).

Dispón este relleno longitudidalmente en el centro de la masa. Espolvorea con un poco de azúcar moreno y con canela.

Haz cortes diagonales a los lados del relleno, de manera simétrica.

Luego vete cerrando estos cortes sobre el relleno, alternativamente, para darle la forma de trenza.

Pintala con un poco de leche vegetal, y déjala una media hora reposando, para que la masa crezca un poco. Mientras tanto, precalienta el horno a 180 grados.
Hornea unos 20-25 minutos. Al mismo tiempo, vete haciendo el almíbar. Pon el azúcar y el agua en el vaso  de la Tmx y programa 4 min/100/vel.2. Con esta cantidad de almíbar te da y te sobra.

Una vez que saques la trenza del horno, píntala con el almíbar. Yo le di dos capas para que quedara muy brillante.

Y ya está. Se queda buenísima, y la haces en un ratito. ¿Qué os parece?

domingo, 25 de agosto de 2013

Galletas de avena

Hoy les traigo una recetita súper fácil y súper buena, y para colmo completamente vegana, definitivamente, las mejores galletas que me he comido en mi vida (salvando las de la franquicia inglesa Ben's cookies, que son un delito). 
La receta la saqué del blog Con botas de agua, pero como es habitual en mí, la he tuneado un poco con ayuda de mi Onee-chan. Esta receta va para Noelia, que sé que la va a disfrutar. 
Ingredientes:
250 gr de copos de avena
100 gr de harina integral
100 azúcar moreno
Semillas de sésamo
Frutos secos picados (opcional)
Canela
Nuez moscada
1/2 cd levadura química
150 ml aceite
Agua 
Chocolate negro derretido al baño María o en la Tmx (opcional)

Preparación
Mientras precalientas el horno a  200º, ve mezclando los ingredientes secos de la receta. En cuanto a la harina, se puede hacer con harina integral de trigo, pero también  con harina blanca. Con harina de centeno integral se quedan especialmente crujientes, y si la haces con harina de garbanzo, la masa resultante será mas manejable. Como ves, la elección es tuya. 
Luego añade el aceite de oliva y mezcla hasta que todos los ingredientes estén bien impregnados. 
Añade agua hasta que obtengas una masa lo suficientemente consistente, pero que será algo pegajosa. Si te pasas con el agua, siempre puedes añadir un poco más de harina. 
En la bandeja del horno, sobre algo de papel vegetal, pon una bolita de masa y aplástala para darle forma de galleta. La masa es pegajosa, así que aconsejo manejarla con las manos o con utensilios húmedos. 
Yo suelo usar un molde para darles forma, pero no es necesario. 
Con esta cantidad te saldrán unas 40 galletas, dependiendo de lo grandes que las hagas. También he descubierto que mientras más finas sean, más crujientes y sabrosas quedarán. 
Hornea durante unos 15 minutos (dependiendo del horno, puede ser más o menos), el momento para sacarlas  es cuando estén doradas y los bordes se oscurezcan un poco. Aunque las veas blandas, no caigas en la tentación de dejarlas más tiempo en el horno, se endurecerán cuando las dejes enfriar en la rejilla. 
Si eres goloso, puedes hacer con la misma receta unas galletas muy especiales. Derrite un poco de chocolate negro y cubre el dorso de cada galleta con una cucharadita de chocolate, una vez que estas hayan enfriado y endurecido. Déjalas en la nevera un rato para que el chocolate se solidifique. 


viernes, 14 de junio de 2013

Hazlo tú mismo: mermeladas y confituras


Lo principal, cuando uno se decide a ser un “productor” y no un mero “consumidor” de alimentos, es cambiar el chip. Pero es mejor hacerlo poco a poco.
En mi caso, yo no me decidí a hacer conservas y panes y dejar todo lo manufacturado de un día para otro. Para mí, ese fue un proceso lento, largo y paulatino (proceso que aún no ha terminado). Pero sí que estaba determinada a conseguir un objetivo a largo plazo (abandonar los alimentos procesados), objetivo que cada día estoy más cerquita de alcanzar.
Empecé a interesarme por las conservas gracias a un libro que me compré hace un par de años: “Del huerto a la despensa” de Mariano Bueno, uno de los referentes en España de la agricultura ecológica. El libro está pensado para conservar los excedentes de un huerto casero, pero también puede usarse pensando en conservar frutas y verduras de temporada que uno haya comprado de más (quizás aprovechando que el kilo de tomates está muy barato ese día. ¿Quién no ha hecho eso?). Sin embargo, no fue hasta casi un año más tarde, cuando me compré la Thermomix, que me animé a hacer conservas, empezando por las mermeladas.

Me encantan las mermeladas, ¡sobre todo las de fresa! Una cucharadita al día, con una rebanada de pan para empezar el día, ¡qué felicidad! Sobre todo, si esa mermelada es casera.
Todo el que tenga la Thermomix habrá visto (y muchos probado) la receta de mermeladas y confituras que viene al final del libro gordo de Petete (como yo llamo al libro “Imprescindibles” de la Tmx). Pero esa receta no te enseña a espesar una mermelada con poca pectina, ni cómo conservar dicha mermelada, y además, te pide poner una proporción 1:1 de fruta-azúcar, lo que es en muchos casos excesivo.
En el libro de Mariano Bueno se explica el proceso por el que el azúcar (en almíbares, mermeladas o confituras) actúa como conservante, y también explica paso a paso el proceso de esterilización al baño maría, que yo uso para hacer mis conservas caseras.
Para hacer una mermelada, es suficiente con que la proporción azúcar-fruta sea de ½-1 (salvo que queramos hacer una mermelada más dulce, o una confitura, que lleva más azúcar y es más espesa). También debemos tener en cuenta que no todas las frutas “espesan” igual, debido a su contenido en pectina. El tiempo de cocción también es importante, mientras mas tiempo, más espesor, pero también mayor degradación de vitaminas y sabor.
En mi experiencia personal, las fresas, papaya y tomates cherry espesan estupendamente bien con una cocción corta (de media horita). Sin embargo, las mermeladas de kiwi y tomate me han necesitado algo más de espesor. Como Mariano Bueno señala, se puede mezclar con otra fruta rica en pectina (como las manzanas o ciruelas negras), añadir pectina en polvo, o un poco de agar-agar en la cocción, esta última es la opción que yo utilizo. Las pipas de algunas frutas, entre ellas de los limones, también son muy ricas en pectina, por lo que se pueden añadir trituradas a la cocción.
Siempre es recomendable también añadir limones o su jugo a la mermelada, para potenciar su conservación.
 Ingredientes:
1 kg de fresas
500 gr. de azúcar
El zumo de un limón.
Preparación: Básicamente, yo sigo la receta de la confitura de frutas de la Tmx, triturando la fruta 3-4 seg/velocidad 4, para que se queden trocitos de fruta. Si te gusta la mermelada más fina, trocea 10 seg/vel. Progresiva 5-10.

Este efecto se puede reproducir perfectamente sin la Tmx, troceando la fruta en pequeños trozos, o triturándola con una batidora, dependiendo de lo fina que queramos la mermelada.

La proporción de azúcar que yo uso es casi siempre la mitad que de fruta (500 gr de azúcar por cada kilo de fruta, por ejemplo), ese porcentaje es más que suficiente para conseguir una buena conservación. También se pueden usar proporciones ¾-1 o de 1-1 de azúcar-fruta. Eso ya es también al gusto y dependiendo de la acidez de la fruta que vayamos a usar. 



Una vez añadido el azúcar y el limón (el zumo de un limón por casa kg de fruta), solo debemos programar 30 min/ 100º/ vel. 2.
Para cocinar la mermelada o confitura sin Tmx, solo tenemos que poner la fruta troceada o triturada, el azúcar y el limón en una cazuela. Una vez que hierva, se le baja el fuego y se cocina sin dejar de remover 20-30 minutos. Y ya está.

Cuando ya tenemos la mermelada cocinada y cerrada en botes herméticos bien limpios, se conservarán sin más uno o dos meses. Si queremos conservarlas más tiempo, debemos recurrir a la conservación al baño maría. Así es como lo hago yo.
Cogemos unos cuantos botes, y los metemos en una olla a presión (o una caldera) llena de agua, con sus tapas. Dejamos hervir los botes unos 15 minutos (el tiempo será mayor si no usamos una olla a presión), para esterilizarlos, igual que haríamos con los biberones de un bebé.

Una vez lavados, los sacamos de la olla y les vaciamos el agua, intentando no tocar el interior de botes y tapas en el proceso, para no contaminarlos. Luego los llenamos con la mermelada aún caliente, tapamos y damos la vuelta unos diez minutos, para que hagan un buen cierre al vacío.

Como decía antes, con este paso ya se tienen mermeladas que durarán uno o dos meses. Pero si queremos conservarlas hasta un año, hay que realizar el siguiente paso.
Volvemos a meter los botes en la olla a presión, ya cerrados y con la mermelada dentro, y volvemos a dejar hervir unos 15-20 minutos.  Este tiempo depende de lo que vayamos a conservar, y será mas largo en caso de conservar verduras, por ejemplo, pero para la fruta será suficiente. Una vez termine el tiempo, se sacan los botes y se dejan de enfriar.
Etiquetar las conservas es siempre una buena costumbre. A mí me regalaron las pasadas navidades una etiquetadora, ¡y no sabéis el uso que le he dado! En todo caso, siempre es conveniente poner una etiqueta con el nombre del producto y la fecha de realización, para saber hasta cuando puede consumirse.

jueves, 30 de mayo de 2013

Sobrasada de tomates secos

No me puedo creer que a estas alturas de la película yo no os haya hablado de esta receta todavía. Esta receta la saqué del programa 100% vegetal y Ana Moreno lo usaba para acompañar una ensalada de carpaccio de calabacines (receta que también debería poneros) pero hoy os traigo solo la "sobrasada". Ana Moreno la llama sobrasada porque su aspecto y consistencia son similares a la sobrasada de toda la vida. Incluso su sabor, muy intenso y "curado" recuerda al del embutido. Este es mi "paté" vegetal favorito, una receta crudivegana ideal para acompañar los bocadillos.
Ingredientes:
80 gr de tomates secos en aceite de oliva (o 60 gr de tomates secos y 20 gr de aceite)
20 gr de piñones
Unas hojas de albahaca fresca

Preparación:
Pues es tan fácil como poner los ingredientes en la batidora y batirlos hasta dejar una consistencia suave. Si se quiere más claro, añadir más aceite. Si se quiere que tenga un sabor menos curado, añadir más piñones. 
Si no se quieren usar piñones, puedes sustituirlos por almendras peladas, que también le dan muy buen sabor a la receta.




lunes, 27 de mayo de 2013

Hazlo tú mismo


Intentar vivir a partir de materias primas, no de alimentos procesados. Ese es mi lema desde hace aproximadamente un año, lo que ha hecho que mi lista de la compra sea cada vez más sencilla (¡y más barata también!): harinas y cereales, agua, leche (de almendras o avena, y de vaca ecológica para mi marido), frutas, verduras, alguna conserva que sea imprescindible (como los tomates secos, a los que soy adicta, o el maíz dulce), algo de queso y algún embutido para él (que no es vegetariano), frutos secos y legumbres. Nada de panes, snacks, galletas, mermeladas o salsas procesadas (salvo el kétchup, que aún no me he animado a hacer por mí misma), nada de patés o conservas cárnicas, sólo alguna hamburguesa vegetariana para mí de cuando en cuando.
Acudo al lineal de productos ecológicos de mi supermercado, de manera que la leche, el kétchup, las hamburguesas y todo lo procesado que compre sea ecológico. La fruta y la verdura la compro en el mercado agrícola del pueblo, ¡que para eso lo tengo cerca!
Foto de mi alacena, con conservas caseras
Lo que quiero decir con todo esto es que otra manera de vivir, consumir y comer es posible: siendo consumidores responsables, primando los productos no transgénicos, ecológicos y de la tierra sobre los demás, y dándose uno cuenta de que muchos alimentos que son “obligatorios” en la lista de la compra lo dejan de ser cuando descubrimos que o bien no son tan necesarios, o bien los podemos hacer nosotros mismos en casa, con mucho más sabor y menos (ningún) aditivo, conservante o potenciador del sabor.
Paulatinamente, a lo largo del último año, me he dado cuenta de cuántas cosas puedo hacer por mí misma, con ayuda de la Thermomix (sin que esta sea tampoco imprescindible, en todo caso). Al principio me animé a hacer mis propios sorbetes de fruta para el verano, luego mis propias mermeladas, mis masas y panes (hasta que poco a poco he dejado de comprar pan, o lo compro muy poco), luego mis propias salsas (como la veganesa que hago con nata de almendras. Exquisita) y luego mis propias conservas caseras, como extensión natural a todo lo anterior. El día que me de por hacer kétchup, adiós al bote de Heinz.
Todo esto ha hecho que me haya ahorrado un dineral (nótese que para cocinar pan casero para dos personas puedo gastarme tan solo unos 10 euros al mes en harinas y levaduras), pero también le he ahorrado a mi organismo un montón de aditivos, conservantes y “trazas de” cosas que no deberían de estar en el alimento que uno consume.
Además, la verdad es que es un gustazo desayunar una rebanada de pan hecho por uno mismo con mermelada casera, o unas galletas recién sacadas del horno, así como abrir la despensa para sacar un bote de pisto de verduras, sofrito o salsa de tomate para hacerse un almuerzo (o cena) exprés.
Evidentemente, todo esto es más “trabajoso” que ir al supermercado a coger unos cuantos paquetes y
Pan de molde casero, de leche de almendras y avena
botes, y hay semanas en las que no encuentro tiempo para hacer pan, o una salsa, y que recurro (inevitablemente) a un alimento procesado, pero también es verdad que este sistema es, en un momento en el que todo el mundo se mira el bolsillo, muchísimo más barato e infinitamente más enriquecedor (nutricional y espiritualmente) que comprar productos manufacturados en el súper, por lo que a mí, personalmente, me compensa el esfuerzo.
Por eso, he decidido hacer una serie de entradas para compartir con vosotros lo que he ido aprendiendo acerca de la conservación casera de alimentos, o las diferentes recetas que uso para cocinar cosas que antes compraba ya hechas. Porque al fin y al cabo, ¿para qué comprarlas si las puedes hacer tú  mismo?